
Scorsese se lleva el de mejor director, lógicamente no por su película (Infiltrados, que es buena pero no tanto), sino porque ya le iba tocando, que eran muchos años de estar a punto de lograrlo y darse de bruces. Lo que seguro que no se esperaba era que su película se llevara también el Oscar a mejor película. Es que la academia te debe mucho, Martin...
Mejor actor para Forest Whitaker por El Último Rey de Escocia: muy lógico, porque se marca un papelón. Y en cuanto a mejor actriz, no cabía duda: Helen Mirren fue The Queen. Se comía con patatas a sus competidoras, sobre todo a la inexplicablemente nominada Penélope Cruz: Totalmente sobrevalorada actriz en una completamente sobrevalorada película.

En fin, felicidades a los ganadores, y a ver si en la edición del año que viene compiten mejores películas, que este año ha estado bastante soso el tema.
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