jueves, 25 de junio de 2009

Crítica: Transformers: La Venganza de los Caídos

Ayer se estrenó en nuestro país Transformers: La Venganza de los Caídos, segunda incursión cinematográfica de los robots transformables a cargo una vez más de Michael Bay. Teniendo en cuenta que era día festivo y que no tenía nada mejor que hacer, me personé junto a unos amigos en el cine más cercano para disfrutar de dos horas y media de robots batiéndose el cobre. ¿El resultado? Pues más de lo mismo.

Antes de entrar en materia, hay que aclarar dos conceptos que son vitales para entender e incluso disfrutar a cierto nivel el film. Primero, la película va sobre robots gigantes que se convierten en vehículos y se zurran la badana unos a otros sin contemplaciones. Segundo, el artífice de todo esto es Michael Bay (Armageddon), así que olvidaos de encontrar una película con un guión minimamente potable y preparaos, eso sí, para un derroche notable de patriotismo, explosiones y escenas a cámara lenta.

El argumento de la cinta es bastante simple: un antiguo y malvado Decepticon conocido como The Fallen decide que quiere destruir la Tierra, y serán Optimus Prime y compañía los encargados de detener tan terrible amenaza. A partir de aquí, la película se convierte en una carrera alrededor de medio mundo donde no faltan escenas de amor muy light, humor infantiloide y ostias robóticas hasta decir basta. Lógicamente, entre tanto efecto especial y explosión no había hueco para un guión como dios manda, así que los personajes se dedican a ir dando tumbos por ahí mientras las cosas se van resolviendo solas. Resulta duro pensar que el guión viene de manos de Alex Kurtzman y Roberto Orci, que hace apenas unos meses nos sorprendieron con la muy disfrutable Star Trek.

El reparto de la cinta se ve obviamente relegado a un segundo plano por el protagonismo de los robots, y no hay nadie que destaque especialmente entre tanta mediocridad. Tenemos una vez más a
Shia LaBeouf como Sam, el amiguete humano de los Autobots, a la siempre agradable de ver Megan Fox como Mikaela, la combativa novia de Sam, y a John Turturro como el agente Simmons, que le da el punto cómico al asunto. Por lo demás, actuaciones tan poco inspiradas que no merecen siquiera ser mencionadas.

La mayor baza de esta película reside en su apartado técnico. Gracias a un impecable trabajo en CGI, Transformers: La Venganza de los Caídos cuenta con una auténtica legión de nuevos robots, algunos tan espectaculares como el gigantesco Devastador o The Fallen, el principal villano de la cinta. El problema, al igual que en la primera entrega, reside en que al tener unos cuerpos tan complicados y llenos de piezas, las peleas entre los robots resultan algo confusas, y requiere un gran esfuerzo de concentración ver algo más que un amasijo de metal moviéndose por la pantalla. Otro inconveniente radica en el hecho de que al tener tantísimos robots en la película, algunos desaparezcan por las buenas, lo que contribuye a dejar aún más al descubierto el pésimo trabajo de guión.

En síntesis, Michael Bay juega una vez más en su terreno y nos ofrece uno de los mayores espectáculos pirotécnicos del cine reciente, bastante entretenido, pero completamente hueco. Esta nueva entrega de la saga Transformers gustará a los fans de la serie original por el mero hecho de poder reconocer a sus personajes favoritos en la gran pantalla. Al resto de espectadores que vayan a verla, seguramente les parecerá una pérdida de tiempo. Y si aún después de haber leído estas líneas aún sentís la necesidad de ir a verla, os aconsejo que la afrontéis sin exigirle nada, ya que es cine palomitero sin complejos ni pretensiones. Avisados quedáis.

lunes, 8 de junio de 2009

Esto es Star Wars...



...Y no esa grotesca serie de televisión que emite Cartoon Network. Este video contiene en menos de cuatro minutos mucha más emoción e intensidad que todos los episodios y la película de Las Guerras Clon, además de una animación digna de películas como Final Fantasy: Advent Children. Y eso que se trata simplemente de un vídeo promocional de Star Wars: The Old Republic, el nuevo juego multijugador masivo online basado en la época antigua del universo creado por George Lucas que está siendo desarrollado por la compañía Bioware.

Y digo yo, ¿tanto le costaría al señor Lucas hacer alguna película o serie de televisión con este tipo de animación? Porque vamos, entre los personajes y entornos hiperrealistas de este vídeo y los acartonados y deformes diseños de la serie actual dista un enorme trecho. Y ya de paso, ¿podría cambiar de periodo temporal? Porque entre cómics, videojuegos, películas y la propia serie, las Guerras Clon empiezan a cansar...

domingo, 7 de junio de 2009

Crítica: Terminator Salvation

Hoy mismo he acudido, en compañía de unos amigos, a ver Terminator Salvation, cuarta entrega de la famosa saga creada por James Cameron y dirigida en esta ocasión por el ampliamente vilipendiado McG (Los Ángeles de Charlie). Lo cierto es que, siendo aficionado a la saga, tenía bastante curiosidad por verla, aunque teniendo en cuenta al director, tenía unas espectativas bastante bajas de la cinta. Y aunque no me ha decepcionado, tampoco me he sorprendido. Pero vayamos por partes.

Lo primero que queda claro al ver Terminator Salvation es que sus responsables han querido demostrar por todos los medios que, pese al cambio de aires (de tres películas que alternaban la ciencia ficción con elementos de acción pura e incluso de road movie, pasamos a un film de acción con brochazos de cine bélico), seguimos ante una entrega más de Terminator, para lo cual han decidido regar el metraje con homenajes y referencias a los otros episodios de la saga. Esta estrategia, pese a que pueda contentar a más de un fan, lo único que consigue es que la película pierda entidad y valor por si misma, y que no aporte nada a la mitología de la serie.

La labor de dirección de McG resulta francamente encomiable, más si cabe teniendo en cuenta las pesimistas opiniones vertidas en la red desde su anuncio como responsable del proyecto. El realizador demuestra que, pese a sus fiascos anteriores, es capaz de sacar adelante una película de gran envergadura y ofrecer un buen producto de acción con cierto empaque. No quiero decir con esto que McG se haya convertido en un nuevo Stanley Kubrick, pero si que su trabajo en este film lo eleva por encima de otros realizadores de trayectoria similar como Brett Ratner (El Dragón Rojo) o Gore Verbinski (Piratas del Caribe).

En el apartado de interpretaciones nos encontramos desde actuaciones muy lucidas hasta papeles que realmente resultan innecesarios. Entre los primeros tenemos al gran Christian Bale dando vida al torturado John Connor, mesías postapocalíptico en una guerra interminable contra la extinción; a Sam Worthington como el misterioso Marcus Wright, verdadero eje de la trama, y a Anton Yelchin como Kyle Reese, futuro padre de Connor. En el segundo grupo tenemos personajes tan prescindibles como Barnes (Common) y Blair Williams (Moon Bloodgood), que no aportan nada salvo su mera presencia.

Mención aparte merecen los efectos especiales, tanto los digitales como los animatrónicos, que consiguen hacer creíbles (y temibles) a toda una nueva generación de máquinas exterminadoras, amén de a viejos conocidos como los cazadores-asesinos o los T-800, que jamás había resultado tan reales y amenazadores. Completan el cuadro unos efectos de sonido muy bien escogidos y un score, compuesto por Danny Elfman, que moderniza el ya mítico tema compuesto por Brad Fiedel para el primer Terminator.

Así pues, teniendo en cuenta los pros y los contras, Terminator Salvation se nos presenta como una digna película de acción para pasar una tarde entretenida, pese a tener algún que otro bajón en el ritmo narrativo y a algunas lagunas argumentales un tanto escabrosas. Eso sí, palidece completamente al compararla con las dos entregas dirigidas por Cameron, hoy en día consideradas pilares básicos del cine de ciencia-ficción. Tal vez sea porque el argumento no da para más o porque el público de hoy en día no se deja cautivar tan facilmente como el de hace veinte años, pero el caso es que este nuevo episodio de la lucha contra las máquinas no creará escuela. Aunque habrá secuela, por supuesto.