lunes, 21 de diciembre de 2009

Opinión: Avatar

Doce largos años han pasado desde que James Cameron deslumbrara al mundo entero con Titanic. Más de un decenio en el que este visionario realizador ha trabajado arduamente para alcanzar una meta que parecía imposible: revolucionar los cimientos de la cinematografía y, ya de paso, cautivar una vez más al gran público. Ahora, desde el 18 de diciembre, podemos ver el resultado de la inmensa tarea de Cameron. Por fin se ha estrenado internacionalmente Avatar, y el resultado no podría haber sido mejor.

El argumento de Avatar no es, ni pretende, ser original. Trata simple y llanamente del extranjero que llega a un nuevo mundo con la misión de explotarlo, pero que acaba amando las costumbres de su pueblo adoptivo y luchando contra sus propias raíces. Con estos datos, vienen a la cabeza títulos como Bailando con Lobos, El Último Samurai o la más reciente El Nuevo Mundo. Sin embargo, la grandeza de Avatar no estriba en su trama, sino en su trasfondo. Todo un universo minuciosamente creado por Cameron que incluye un complejo plantel de flora y fauna alienígenas, una cultura extraterrestre con claras tendencias new age y, por supuesto, una sofisticada infraestructura militar propiedad de los invasores humanos. De la interacción de todos estos elementos, coreografiados milimétricamente, surge la magia de la película, y no resulta arriesgado afirmar que es un espectáculo como nunca se había visto antes.

Si por algo es conocido James Cameron es por su tenacidad y vehemencia a la hora de abordar un rodaje: si algo no le parece los suficientemente bueno, él y su equipo trabajarán el tiempo que haga falta hasta que todo sea perfecto. Este afán perfeccionista se deja notar en cada fotograma de Avatar, con planos que realmente cautivan la mente y el corazón y que permanecen en la retina del espectador. Se demuestra así, por si alguien aún lo dudaba, que Cameron es uno de los realizadores que mejor maneja el estilo visual, en pugna directa con Stanley Kubrick.

Absolutamente todos y cada uno de los miembros del reparto están a la altura del proyecto en cuanto a interpretación se refiere. Sam Worthington nos ofrece su mejor papel hasta la fecha encarnando a Jake Sully, ex-marine minusválido que traspasa su conciencia a un Avatar creado con ADN humano y Na´vi, por medio del cual conoce un nuevo mundo por el que decide que vale la pena luchar. Le acompañan Zoe Saldana como Neytiri, la obstinada y guerrera princesa alienígena; Stephen Lang como el Coronel Quaritch, aguerrido jefe militar del destacamento humano en Pandora que cumple a la perfección como villano, y Giovanni Ribisi como como Parker Selfridge, burócrata sin escrúpulos cuyo único interés es el valioso mineral que se encuentra en el planeta. Mención aparte merecen Sigourney Weaver como la doctora Grace Augustine y Michelle Rodriguez como la piloto Trudy Chacon, modelos de mujer fuerte y resuelta clásicos de la filmografía de Cameron, como Sarah Connor en Terminator 2 y la soldado Vasquez en Aliens.
Los efectos especiales de Avatar constituyen un nuevo estándar en cuanto a calidad y cantidad. Nunca antes se habían visto en la gran pantalla unos paisajes digitales tan hermosos y convincentes, ni unos personajes virtuales tan detallados y llenos de expresividad que realmente parecen estar ahí, compartiendo espacio físico real con los actores de carne y hueso. Si a esto sumamos el acertado uso de la tecnología 3D, nos encontramos con una experiencia de inmersión total. Si hubiera que buscarle alguna pega al apartado técnico, habría que decir que el score compuesto para la ocasión por James Horner no resalta demasiado, ya que no ofrece ninguna melodía para el recuerdo ni está a la altura que los momentos dramáticos del film demandan, aunque esto pasa bastante desapercibido gracias al asombroso banquete visual que constituye la cinta.

En pocas palabras, Avatar es la experiencia cinematográfica más intensa y cautivadora de la historia del cine reciente. Con una historia emocionante pese a ser poco original, unas interpretaciones magistrales y, sobre todo, unos efectos como jamás se han visto, está llamada a ser el fenómeno de la temporada. Si constituye o no una revolución en la forma de hacer cine, sólo el tiempo lo dirá, pero sólo imaginar las posibilidades que Cameron ha puesto ha disposición del cine... da vértigo. Definitivamente, lo mejor de este año que ya termina. ¡No os la perdáis!

lunes, 14 de diciembre de 2009

Vuelve el Poder de la Fuerza



Pocos juegos han conseguido engancharme tanto como Star Wars: The Force Unleashed (El Poder de la Fuerza). La acción sin tregua que ofrecía, unida a una historia completamente integrada dentro de la continuidad de la saga Star Wars (de la que me declaro fan irredento) hicieron que casi quemara mi consola de tanto jugar.

Sin embargo, y debido a como terminaba el juego, pensaba que una segunda parte era prácticamente imposible. Pero, sorpresas de la vida, en los recientemente celebrados Video Game Awards se ha presentado en exclusiva el primer trailer de The Force Unleashed II. En este pequeño avance, nos encontramos de nuevo con Starkiller (con la apariencia una vez más del actor Sam Witwer) acompañado por las voces de Yoda y Darth Vader mientras camina por un pasillo que le conduce hasta un enorme coliseo donde, por supuesto, le tocará enfrentarse a un gigantesco y terrorífico adversario.

Por el momento no se sabe nada sobre el argumento ni sobre su fecha de salida, salvo que estará disponible en algún momento del próximo año. Para estar al día sobre lo que vaya saliendo, podéis suscribiros al newsletter de LucasArts o visitar la web oficial de Star Wars. Por mi parte, una compra más que obligada para este nuevo año.