Crítica: El Caballero Oscuro

Desde su estreno oficial en Estados Unidos, hace ya casi un mes, muchos es lo que se ha dicho y escrito sobre El Caballero Oscuro, y casi todo bueno. Muchos la encumbraban como mejor película del año, y como la mejor adapatación de un personaje de cómic a la gran pantalla. Así pues, y con las espectativas muy altas, fui a verla ayer, día del estreno aquí en España, para comprobar si realmente era para tanto. Y vaya si lo es.

El Caballero Oscuro, continuación de la excelente Batman Begins, ha sido dirigida también por Christopher Nolan, basada en un guión escrito por el y su hermano Jonathan Nolan. Decir que Christopher Nolan es lo mejor que le ha pasado a Batman desde Neal Adams es quedarse corto: Nadie ha sabido adaptar a Batman como él, que sin basarse excesivamente en ningún cómic, ha sabido extraer la esencia del señor de la noche y plasmarla magistralmente en celuloide. Además, se ve que Nolan aprende de sus errores, y todas esas pequeñas pegas que empañaban Batman Begins, como lo confuso de sus escenas de acción, quedan subsanadas en esta nueva entrega, que es un espectáculo visual de principio a fin, Y lo mejor del caso es que toda esa acción envuelve una trama realmente brillante, llena de tensión, drama y unos giros argumentales que, aunque el fan de Batman ya se espera, no dejan de sorprender.

Uno de los puntos fuertes de esta cinta es sin duda el excelente reparto que la interpreta. La mayoría de los que repiten expanden sus papeles y enriquecen sus actuaciones hasta cotas insospechadas. Ahí tenemos, por ejemplo, a un Batman (Christian Bale) más entregado que nunca a su cruzada contra el crimen, cruzada que le llevará más allá de sus propios límites y le obligará a hacer un sacrificio supremo para poder mantener la esperanza de una ciudad asolada por el caos. Tenemos también a un comisario James Gordon (Gary Oldman) más agobiado aún que en la primera entrega, y dispuesto a correr cualquier riesgo con tal de acabar con esta nueva ola de crimenes. Incluso el personaje de Rachel Dawes (Maggie Gyllenhaal), tan innecesario en la primera parte, se convierte aquí en un personaje clave, y en el detonante de una de las subtramas más importantes del argumento. Mención aparte merece Harvey Dent (Aaron Eckhart), el héroe que tan desesperadamente necesita Gotham y que acaba siendo devorado por la vorágine de violencia producida por el Joker, convirtiendose en Dos Caras.

Aunque el verdadero protagonista de la cinta es el Joker interpretado magistralmente por el desaparecido Heath Ledger. Esta nueva interpretación del clásico villano, que mezcla la locura más absoluta con momentos de extrema lucidez y una retocida lógica, lo sitúa a años luz de las anteriores aproximaciones al personaje, y lo convierte instantáneamente en uno de los villanos más recordados y celebrados de la historia del cine. Sin embargo, todo esto no hace sino evidenciar aún más el gran talento de Ledger, al que tristemente no volveremos a ver nunca más.

El Caballero Oscuro goza también de un apartado técnico sobresaliente. Todo en ella, desde el vestuario hasta el maquillaje, pasando por los efectos especiales, resulta realmente sobrecogedor. Especialmente destacables resultan escenas como la persecución a través de los túneles y el posterior enfrentamiento de Batman con el Joker, así como la curiosa entrada en escena del Batpod. Si hubiera que ponerle una pega al apartado técnico, sería el excesivo uso del score de Batman Begins, pero es una pega que queda ahogada por una película excelente en todos sus aspectos.

Así pues, El Caballero Oscuro es, sencillamente, la mejor adaptación de un personaje de cómic al cine, y la mejor película en lo que llevamos de año. Resulta dificil enumerar todas sus virtudes, pero sin duda yo destacaría su sólido guión, sus magistrales interpretaciones y sus escenas de acción. Una película completa, redonda y por supuesto entretenida, que hace que sus dos horas y media de duración pasen volando, y que además te hace desear que durase otras dos horas más.

Dicho esto, no me queda más que recomendárosla encarecidamente. Es más, si sólo vais a ver una película este año, esa debería ser El Caballero Oscuro. No os quepa la menos duda.