lunes, 4 de agosto de 2008

Crítica: La Momia: La Tumba del Emperador Dragón

Después de siete años desde el estreno de El Regreso de La Momia , la familia O´Connell vuelve a vérselas con los no muertos en La Momia: La Tumba del Emperador Dragón , sólo que en esta ocasión han cambiado los desiertos egipcios por los espectaculares paisajes de China. Pero, ¿les habrá sentado bien el cambio? pues veamos...

La Momia: La Tumba del Emperador Dragón, dirigida por Rob Cohen (A Todo Gas), se basa en un guión de Alfred Gough y Miles Millar (creadores de Smallville), guión que mezcla con acierto las escenas de comedia y las de acción pura y dura, constituyendo un todo de fácil digestión y que acaba resultando un divertimento familiar perfecto para pasar la tarde.

El reparto vuelve a estar encabezado por Brendan Fraser como Rick O´Connell, a quien se le unen viejos conocidos como su hijo Alex (Luke Ford) y su cuñado Jonathan (John Hannah), además de nuevos aliados como la bruja Zi Juan (Michelle Yeoh), todos ellos cumpliendo en mayor o menos medida con sus papeles. El punto negativo en esta ocasión se lo llevan Maria Bello, cuya interpretación de Evelyn no le llega ni a la suela de los zapatos a la realizada por la magnífica Rachel Weisz, y Jet Li en su interpretación del malvado Emperador Han, que por ser tan parco en palabras y por limitarse a repartir estopa hace que uno eche de menos a Imhotep (Arnold Vosloo), que tenía mucho más carisma que esta nueva momia.

Por supuesto, y como no podía ser de otra forma, el plato fuerte de la cinta radica en sus espectaculares efectos visuales. Los detallados y enormes paisajes virtuales resultan muy realistas, y tanto el ejercito de esqueletos como el de soldados de terracota lucen realmente impresionantes, pese a que se les podía haber sacado algo más de jugo. Mención aparte merecen las encarnaciones de la nueva momia, el Emperador Han, tanto en su forma momificada como en la de dragón o bestia. Todo esto sin olvidar a los simpáticos yeti, que protagonizan algunas de las escenas más cómicas del film.
Así pues, La Momia: La Tumba del Emperador Dragón no pasa de ser una película de aventuras del montón, algo inferior a las dos entregas anteriores pero que aún así aguanta el tipo con entereza y proporciona al espectador casi dos horas de escapismo y entretenimiento en dosis industriales, lo cuál es de agradecer teniendo en cuenta los tiempos que corren. Una excelente distracción mientras esperamos el estreno de El Caballero Oscuro...

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