El primer spin-off de la saga X-Men ha llegado por fin a nuestras pantallas. Precedido por una polémica que no ha hecho más que aumentar la expectación del público, X-Men Orígenes: Lobezno amenaza con reventar taquillas y convertirse en el primer gran blockbuster de la temporada. ¿Sus armas? algún que otro guiño a los cómics y mucha, mucha acción.
Esta primera incursión cinematográfica del mutante canadiense en solitario ha sido dirigida por el oscarizado cineasta sudafricano Gavin Hood (Tsotsi) partiendo del guión escrito por David Benioff y Skip Woods, guión que se nutre claramente de cómics como Lobezno: Origen y Arma-X, conformando un film que pese a sus saltos en el tiempo resulta muy fluido y entretenido, si bien adolece de algunas lagunas argumentales y giros algo forzados que empañan un poco el resultado final. Hugh Jackman se mete por cuarta vez en la piel del personaje que lo lanzó a la fama, y a estas alturas resulta evidente que nadie más que él podría interpretarlo de manera tan convincente. Secundándole se encuentran el siempre solvente Liev Schreiber encarnando al hermano y rival de Lobezno, Dientes de Sable; al curtido Danny Huston como el General William Stryker y a la guapa Lynn Collins como Kayla, el inevitable elemento romántico que precisa toda producción de este tipo. Los papeles de menor peso corresponden a personajes ampliamente conocidos por los fans de los cómics, algunos esencialmente iguales a los de las viñetas, como Scott Summers/Cíclope (Tim Pocock) o Emma Frost (Tahyna Tozzi), y otros remodelados para la ocasión, como Wade Wilson/Masacre (Ryan Reynolds).
Los efectos especiales empleados en la cinta están a la altura de las circunstancias, y si bien en algunos momentos la infografía canta un poco, hay escenas clave que resultan de un virtuosismo visual indiscutible. Si a esto le sumamos un montaje perfectamente ajustado, nos encontramos con 107 minutos de metraje que pasan como una exhalación. Mención aparte merecen los créditos iniciales, espectaculares y que ayudan a contar parte importante de la historia en muy poco tiempo.
En definitiva, X-Men Orígenes: Lobezno resulta ser una película muy entretenida y más que recomendable para pasar el rato, siempre y cuando el espectador que vaya a verla lo haga con una mentalidad abierta. Quien acuda a las salas de cine esperando ver las aventuras del cómic fielmente plasmadas en la pantalla se llevará un buen chasco. ¡Ah! y si podéis, quedaos hasta el final de los títulos de crédito, que ya se indica por donde irán los tiros en caso de que haya secuela.