Crítica: Max Payne

El pasado viernes se estrenó en nuestro país Max Payne, enésima adaptación de un videojuego a la gran pantalla cuya dirección ha corrido a cargo de John Moore (Tras la Línea Enemiga). Como era de esperar, el resultado no es para tirar cohetes.

El guión de Max Payne, escrito por Beau Thorne y Sam Lake, se basa principalmente en la trama del videojuego, ya de por sí llena de tópicos del cine negro, pero excesivamente simplificada en ciertos aspectos. Todo esto, mezclado con un toque sobrenatural y con unas escenas de acción que abusan de la cámara lenta, convierten la película en un extraño coctel de difícil digestión, que por querer aportar demasiado en el terreno visual se queda hueco en lo tocante a argumento y desarrollo de personajes.

En cuanto a su reparto, Max Payne cuenta con algunos actores bastante solventes, como Mark Wahlberg interpretando al policía cuyo nombre da título al film, Mila Kunis como la asesina Mona Sax o Chris O'Donnell en un breve papel. Junto a ellos también encontramos nombres muy conocidos, como Olga Kurylenko, Ludacris y la cantante Nelly Furtado. Sin embargo, debido al prácticamente nulo desarrollo de personajes del guión, los actores hacen poco más de lucir palmito y soltar alguna que otra frase guay. Un auténtico desperdicio.

Si hubiera que mencionar un apartado salvable de este despropósito, ese sería el de los efectos visuales, ya que pese al excesivo uso de la cámara lenta y los saltos imposibles pistola en mano, hay que reconocer que los efectos usados para crear esos "simpáticos angelitos" que de vez en cuando se dejan ver por la pantalla están bastante conseguidos. Además, los efectos usados para convertir la ciudad de Nueva York en un agujero de desesperación y oscuridad eternamente cubierto de nieve son de lejos lo mejor de toda la cinta.

Total, que Max Payne ha resultado ser otro de esos proyectos que apuntan alto pero que acaban hundiéndose en lo más profundo. Vacía de fondo y excesiva en las formas, sólo gustará a los fans de los videojuegos y a aquellos que no tuvieron bastantes tiroteos con Wanted. Cierto: es de lo mejor en cuanto a adaptaciones de videojuegos, pero teniendo en cuenta que este subgénero incluye en su haber cosas como Street Fighter o House of the Dead, eso no tiene ningún mérito. Una pena...