domingo, 7 de septiembre de 2008

Crítica: Star Wars: The Clone Wars

Como aperitivo a la nueva serie de animación de Star Wars (que empezará a emitirse este otoño), el todopoderoso George Lucas ha tenido a bien estrenar en cines un prólogo en forma de film, Star Wars: The Clone Wars, y así de paso traer una vez más su famoso universo a la pantalla grande. Se le agradece el detalle, pero no hacía falta.

The Clone Wars no va dirigida a los fans de toda la vida. Su objetivo es enganchar a una nueva generación de seguidores, y mientras más jóvenes, mejor. Por ello, el guión escrito por Henry Gilroy peca de un excesivo infantilismo, partiendo de una trama tremendamente simple y plagando el metraje de diminutivos absurdos y palabrejas "guays" que dejaran completamente fuera de juego a los fans de la saga. Es Star Wars, pero no lo parece.

La animación también deja bastante que desear. Y es que en vez de optar por la animación refinada de Pixar o por el hiperrealismo de filmes como Final Fantasy VII: Advent Children, The Clone Wars apuesta por una animación de toques retro y ciertamente tosca. Las figuras y su forma de moverse resultan demasiado rígidas, con lo cuál las escenas de acción pierden bastante. A las expresiones faciales les pasa otro tanto de lo mismo, lo cuál no evita que algunos personajes virtuales sean más expresivos que sus homónimos de carne y hueso, como es el caso de Anakin Skywalker (Hayden Christensen).

Como puntos positivos habría que citar el excelente diseño de las naves y planetas, y la nueva banda sonora de reminiscencias árabes compuesta por Kevin Kiner y que, aunque no llega a la altura de los clásicos cortes compuestos por John Williams, acompaña bastante bien el desarrollo de la trama.

Así pues, Star Wars: The Clone Wars no es más que una película infantil sin más pretensión que la de acaparar nuevos fans para la saga, y de la que el resto de mortales mayores de 8 años puede prescindir sin problemas. Ni que decir tiene que dejará completamente destrozados a los fans más fundamentalistas. Desde La Amenaza Fantasma no me disgustaba tanto una película de Star Wars, y creo que con eso queda todo dicho.

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