Crítica: Resident Evil: Extinction

Sí, ya se que aún no se ha estrenado aquí, pero sentía curiosidad y he tenido que verla por "medios alternativos". Soy débil, tengo que admitirlo. Pero bueno, a lo que vamos.

Lo primero que debo decir es que no soy un gran fan de esta saga que, dentro del territorio de las pelis de zombies, me parece de lo más floja. Ahora bien, esta tercera parte supera significativamente a las dos anteriores. Y es que ResidentEvil: Extinction resulta más de lo mismo, pero mejor.

Que esta nueva entrega de la saga dirigida por Russell Mulcahy adolece de un guión bastante incoherente era obvio, considerando los precedentes. Pero a pesar de esto, la mezcla de gore y temática postapocalíptica muy en la línea de Mad Max consiguen que el visionado de la cinta resulte como mínimo entretenido.

En cuanto a actuaciones, el nivel es bastante bajo, más que nada porque los actores hacen lo que pueden con lo poco que les han dado. Pese a esto, Ali Larter y Oded Fehr consiguen despuntar algún momento que otro. El resto del reparto, incluida la propia protagonista (Milla Jovovich), pasa más bien desapercibido.

Ahora bien, la gran baza de Resident Evil: Extinction reside en sus efectos especiales. Por fin vemos en una película de la saga zombies realmente trabajados en cuanto a maquillaje y prótesis. Y además, el gran villano de la historia, Tyrant, es de lejos el monstruo mejor caracterizado de las tres entregas. También se ha mejorado bastante en las escenas de acción, que resultan espectaculares y derrochan hemoglobina en cantidades industriales.

Así pues, la tercera parte de la saga Resident Evil no consigue llegar a ser un gran película, pero gracias a algunas pocas escenas inspiradas y a su espectacularidad pirotécnica, se convierte en una opción a tener en cuenta si tenéis un rato libre y queréis distraeros. Si buscáis algo más, bueno...me temo que tendréis que seguir buscando.