Y es que desde aquel día de 1977 en el que la primera película vio la luz, Star Wars no ha dejado de ganar adeptos. Tanto es así que algunos consideran que esta pasión por La Fuerza debería convertirse en religión y, de hecho, en algunos países como Reino Unido, se la considera como tal.
No es para menos, pues pocos films consiguen entusiasmar a las masas hasta este punto.
Está claro también que Star Wars alimenta la imaginación y la inventiva de quienes han visto la saga, pues gente como James Cameron decidió hacerse director tras ver la primera película. Además, los fanfilms de temática galáctica inundan la red. Algunos de ellos, realmente tan buenos que parecen dirigidos por el propio George Lucas.
Claro que hay quien prefiere no salirse del canon marcado por Lucas y se dedican a ir caracterizados de los personajes de la saga. En un mismo salón, puedes encontrarte 4 Anakins o 7 Boba Fetts como si nada, y a buen seguro los encontraras posando en una foto de grupo. Claro que el disfraz estrella, el que más llama la atención, no es ninguno de los anteriores. Es el de Princesa Leia con el bikini dorado, imagen que ha quedado marcada a fuego en la mente de todo friki desde hace un cuarto de siglo.
A esta imagen no tengo ningún comentario que añadirle. Al menos, ninguno que pueda ser leído por menores.
Si hay un afición que levante auténticas pasiones, que amontone dinero a expuertas y que se mantenga tan fresca como el primer día, es la afición por Star Wars. Uníos o morid, advenedizos !!
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